Bad Boy es un nuevo perfume que nace de la marca Carolina Herrera cuyo universo habla sobre la nueva masculinidad y el poder de seducción. El diseño del frasco que contiene el perfume es un rayo en homenaje a esa fuerza y energía poderosa.
Nosotros quisimos trabajar sobre el magnetismo entre las personas y las sensaciones que podemos llegar a provocar sobre otros únicamente con la mirada… Esto nos llevó a centrarnos en el poder de la mirada y la conexión entre dos personas.
La mirada nos delata, nos esconde, nos expone, nos hace vulnerables, nos ayuda a expresarnos y comunicarnos… Y dentro de esa mirada ocurre algo espontáneo e incontrolable: el comportamiento de la pupila y su reacción a las emociones.
La instalación está inspirada en los movimientos inconscientes de la pupila que reflejan nuestras emociones. Tanto colores como el movimiento de la instalación parten de una representación de la pupila hasta llegar a convertirse en un contenido más abstracto que expresa ese poder de la mirada donde finalmente la experiencia instalativa desencadena en de un rayo.
La instalación esta activada por un sistema de eye tracking y varias cámaras de visión artificial con face recognition, de tal manera que reacciona a la conexión de las miradas entre dos personas.
Cuando el sistema reconoce el alineamiento de las miradas se desata una coreografía de movimiento, luz y sonido en una estructura central situada entre ambas personas. Si las dos personas dejan de mirarse, el sistema lo reconoce y vuelve a la posición inicial.
La instalación está formada por 16 brazos mecanizados independientes que accionan 32 luminarias diseñadas a medida que se mueven de manera sincronizada cambiando de forma, luz y color a lo largo de la experiencia.